La comunicación interna mejora la eficacia de los procesos productivos y por ende los resultados al tener colaboradores involucrados con las políticas de la institución: el famoso “ponerse la camiseta”. ¿Pero por qué es importante esto? Las nuevas generaciones de trabajadores valoran trabajar a gusto, estar rodeados de un buen equipo en donde se sientan cómodos y para esto es indispensable lograr un buen clima laboral.
Aunque parezca mentira y suene paradójico lo primero que hay que hacer para poder comunicar es ESCUCHAR. La escucha atenta y activa de las necesidades de las personas es lo que nos convertirá en buenos comunicadores pudiendo adaptar los mensajes y acciones al público al que nos dirigimos de acuerdo a sus necesidades y generando diálogo, es decir, evitando convertirnos en meros emisores de mensajes.
Otro punto fundamental es generar CONFIANZA. Esto se logra manteniendo informados a los colaboradores sobre las novedades y cambios de la organización y su estructura, creando políticas claras, accesibles y unificadas. Es clave evitar el radiopasillo y las filtraciones de información delicada y sensible.
Un tercer punto a tener en cuenta es la importancia de contar con una ESTRATEGIA. La comunicación interna no consiste en enviar mensajes al azar, en colocar un cartel o en un mail de saludo de cumpleaños. Vamos a necesitar organizarnos, tener un plan anual de comunicación interna en el cual se estipulen las acciones a realizar y, de ser posible, el presupuesto con el que contamos para llevarlas a cabo. Por supuesto que este plan debe permitirnos siempre flexibilidades para poder contar con un margen de espontaneidad para implementar nuevas ideas.
Por último me gusta destacar que si bien la comunicación interna suele verse como una tarea mucho más estructurada y metódica que otras relacionadas a distintas áreas dentro del campo del marketing, es una tarea que requiere CREATIVIDAD. Generar acciones que no resulten aburridas, que realmente motiven a los colaboradores a participar y a sentirse parte de la organización requiere evitar lo obvio y recurrir a lo original, a la novedad y - ¿por qué no? - a lo divertido.
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