Ya hemos hablado del Marketing Emocional en el presente blog: es aquel que conecta con los sentimientos, emociones y valores de las personas, intentando crear acciones favorables hacia nuestra marca o el producto que queremos vender. A raíz de estas tendencias nace el llamado "Neuromarketing", una nueva disciplina que investiga y estudia los procesos cerebrales que explican la conducta y la toma de decisiones que rigen los procesos de compra.
Dada su especificidad, el Neuromarketing se despliega de diferentes formas:
-Visual: Se basa en el sentido de la vista y cómo percibimos el mundo a través de nuestros ojos.
-Auditivo: Relacionado a lo que escuchamos y cómo se genera por medio del oído una percepción del mundo.
-Kinestésico: Se refiere a lo que percibimos a través del gusto, tacto y olfato.
Como toda disciplina, el Neuromarketing se apoya en ciertas técnicas para cumplir con sus objetivos de venta: por un lado el llamado "Biofeedback" que estudia los cambios que no se ven a simple vista como la presión arterial, la respiración, la dilatación de pupilas, etc y, el "Eye Tracking", el proceso de evaluar dónde se fija la mirada y el movimiento de la cabeza en relación con las reacciones cerebrales.
Ahora bien, ¿qué es lo que mide y calcula el neuromarketing? Por un lado la atención: fácil de capturar a través de un anuncio, lo que origina frecuentemente que tenga un valor alto, por otro lado la emoción, que debe variar durante el anuncio, ya que si se mantiene alta por mucho tiempo tiende a producir fatiga. Por último encontramos a la memoria (lo más difícil de lograr), la marca se debe mostrar en los momentos en que el anuncio captura más la atención del consumidor para que se recuerde al terminar el mismo.
¿Cuáles son sus ventajas? Optimiza los recursos publicitarios de la empresa con el fin de llegar a las emociones del consumidor, disminuye los riesgos ya que crea productos acordes a las necesidades de los compradores y, brinda como ninguna otra técnica una enorme precisión facilitando los estudios de mercado. Como desventajas podemos decir que este método no considera la subjetividad, sus procesos pueden ser considerados invasivos de la intimidad del consumidor y tiene un elevado costo económico ya que usa herramientas como resonancias, tomografías y encefalografías, no son muchas las empresas que pueden afrontar este tipo de inversión.
¿A donde apuntar? La clave estaría en el "cerebro reptiliano", que es el básico o instintivo, donde se toman todas las respuestas. En definitiva es apuntar a la parte emocional, si llegan allí se ganarán al consumidor.
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