Si bien suelo hacer una sátira de la mayoría de mis vivencias personales, cuando hablamos de Tinder y de Adopta un Chico, era cierto que yo estaba enfrentando una separación. Lo que claramente no lo es, es que me lo tomé con el humor que expresé por este medio. Sin embargo, y esto es 100 % real, en cuanto a "citas" me siento como un neardental que viajó en el tiempo y cayó en el siglo XXI usando solamente un taparrabo. Si bien aún no me re-inserté en el mercado de la carne, ni creo hacerlo en el corto plazo, pareciera que no sólo mis amigos sino también mis redes están trabajando conjuntamente de celestinos. ¿Qué apareció ahora como sugerencia? una supuesta aplicación llamada "Lulú" que permitiría puntuar las citas. No paro de sorprenderme y de pensar cómo el entorno digital alteró el contacto entre seres humanos. Pero ahora si, ¿cómo funciona?
La app fue creada hace un año por Alexandra Chong, una abogada recibida de la Escuela de Economía de Londres. Según ella la aplicación ha sido una forma de recuperar Internet para las mujeres jóvenes que han llegado a la adultez en la era de la "pornografía de revancha" (videos sexuales privados subidos a la Web sin el consentimiento de los involucrados) y de los candidatos anónimos y potencialmente peligrosos. La fortaleza de Lulú tiene que ver con brindar "referencias" a la hora de salir con una persona desconocida, que no es ni compañero de estudios ni de trabajo, y con quien no se tienen amigos en común.
Chong, de 32 años y ex miembro del equipo de la Federación de Tenis de Jamaica, ahora está trasladando el sitio Lulú de Londres a Nueva York donde, según dice, el público de su aplicación ha crecido un 600 por ciento en los últimos seis meses, según datos relevados por Mixpanel. "La capital que marca tendencia en cuestiones femeninas es Nueva York, y ahí es donde hay que estar", dice Chong.
La aplicación de redes sociales es gratuita y está disponible para Android e iOS, está destinada exclusivamente al público femenino y les permite calificar anónimamente a sus amigos de Facebook. Las usuarias pueden puntuar a los hombres -divididos en las categorías de ex novio, romance, pareja, levante casual, amigo o pariente- a través de un test estilo multiple choice . Las mujeres, cuyo género queda verificado cuando ingresan a Facebook, pueden agregar hashtags valorativos de color rosa al perfil de los hombres, que pueden ser positivos tales como: #KinkyInTheRightWays ("morboso en el buen sentido"), negativos #NeverSleepsOver ("nunca se queda a dormir") o pésimos #PornEducated ("aprendió viendo porno"). Luego la aplicación Lulú usa esos hashtags para calcular la puntuación del hombre en cuestión, que va de 1 a 10, y aparece debajo de la foto de su perfil (la vocera de la empresa se negó a explicar el algoritmo usado para el cálculo). Los hombres también pueden agregar hashtags , de color azul, pero que no son tenidos en cuenta para el cálculo final.
¿Cuál es el fin entonces? Por un lado que las chicas investiguen a sus chicos y tomen mejores decisiones a la hora de elegir con quien salir. Y en cuanto a ellos, pueden ver su puntuación, reseñas personalizadas, obtener un feedback y conocer admiradoras secretas. La aplicación cuenta también con un chat para hablar en privado con los mejores puntuados.
La idea de Lulú ocurrió durante un brunch con amigas, al día siguiente de un San Valentín. "Estábamos todas compartiendo historias de tipos, de relaciones y de sexo -recuerda Chong-. Hubo risas y lágrimas." Y así llegó a la conclusión de que las mujeres necesitaban un motor de búsqueda específico a la hora de salir con alguien: una especie de Google de hombres. "No hay manera de controlar si un tipo es genial o es un estúpido -concluye-. Pero cuando la cosa termina, aunque nadie vaya a leerlo, una siente que tiene revancha, y que ha tomado al menos parte del control de la situación."
Sólo me queda hacer un cierre a modo de reflexión personal del asunto. Si, es real que las actuales tecnologías nos ponen en contacto con extraños de los que poco sabemos y nos exponen a un determinado riesgo (cosa que antes no pasaba), pero considero que hacer una puntuación "de despecho" o basar la decisión de salir o no con alguien tomando como referencia sus relaciones pasadas no es del todo acertado. Todos crecemos, cambiamos y nos manejamos diferente frente a cada persona que aparece en nuestra vida.
¿Evolucionamos o nos fuimos al carajo? La verdad no lo se. A mí invítenme a tomar un café.
¿Evolucionamos o nos fuimos al carajo? La verdad no lo se. A mí invítenme a tomar un café.
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